
El libro narra la historia de una mujer que se encierra con un cuadro y un pájaro tras la muerte de su padre. Inspirada en los dibujos y obsesiones de la pintora Emilia Gutiérrez, la novela explora el poder del arte como refugio. Con un estilo fragmentario, Ana Montes se consolida como una de las voces más singulares de la narrativa argentina actual.